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Recupera S-22 a sangre y fuego 3 escuelas de S-59; MT sólo ve por 1 policía

OAXACA, OAX., noviembre 28.- Armados con petardos, bazucas, palos, varillas, tubos, bombas molotov e incluso armas de fuego, maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) recuperaron este jueves la Escuelas Primaria “Hermanos Flores Magón”, el Jardín de Niños “Donají” y la Escuela Secundaria Técnica 236 que permanecieron durante un par de meses en manos de la disidente Sección 59 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Estas instituciones educativas se encuentran ubicadas en la Colonia Los Ángeles del municipio de San Jacinto Amilpas, conurbano a la Ciudad de Oaxaca de Juárez.

Al filo de las dos de la tarde de este jueves 28 de noviembre de 2013, decenas de maestros de la Sección 22 se concentraron en inmediaciones de las escuelas para cumplir lo que habían sentenciado desde la víspera: recuperar las escuelas que abandonaron durante casi dos meses para irse a un paro de labores contra la reforma educativa que los evaluará.

Del otro lado, hombres y mujeres, incluso adolescentes, también se preparaban para defenderse de la ola de mentores “democráticos” que poco a poco se atrincheraba por dos caminos por los cuales llegaron para atacar, sin respetar género ni edad.

Los padres de familia gritaban: “¡Ahí vienen esos flojos!”, “¡Ahí vienen, no tengan miedo!”, “¡Vamos a defender la educación de nuestros hijos!”.

Sin embargo, los de la Sección 22 eran muchos más que los que se encontraban resguardando la escuela, pero aun así los padres de familia se enfrentaron a ellos sin tener miedo.

Entonces volaron piedras por todos lados, los petardos estallaban en el piso, las bombas molotov inundaron de humo la zona. La pelea entre “maestros democráticos” y padres de familia había iniciado.

En el punto máximo de la batalla llegó Marco Tulio López Escamilla, secretario de Seguridad Publica del Gobierno estatal. Protagónico, a través de un altoparlante, conminaba a mantener la calma, pero nadie le hizo caso.

Como “policía del futuro”, el funcionario llegó resguardado por elementos de la Policía Estatal y de un comando especial antimotines.

Un policía que grababa la pelea con su teléfono celular fue encañonado por los maestros de la Sección 22, que lo patearon y lo despojaron de cuanta cosa llevaba encima. Cuando ya lo tenían en sus manos se lo llevaron como vil delincuente.

Del otro lado, un grupo de maestras se jalaba de los cabellos con una madre de familia que les gritaba sus “verdades”. “¡Fuera maestras huevonas!”, les decía.

Eran todos contra todos y el secretario López Escamilla de inmediato se declaró derrotado por la superioridad de los “democráticos” trabajadores de la educación.

Con la cabeza agachada sólo miraba su teléfono celular, ensimismado quién sabe en qué pensamientos, que preocupado en parar el enfrentamiento que ahí se suscitaba.

Cuando la turba de mentores de la Sección 22 de la CNTE ingresó a la Escuela Primaria “Hermanos Flores Magón”, retuvieron a dos adolescentes, de entre 15 y 16 años de edad, que aventaban piedras.

Y una vez tomado el “control” del inmueble, corretearon por todo el cerro a los padres de familia que seguían peleando.

La recuperación de las tres escuelas concluyó casi una hora después, mientras el titular de la Secretaría de Seguridad Publica dedicó su tiempo a “gestionar” la devolución del policía que cayó en manos de los “maestros democráticos”, como si todo hubiera sido parte de un guión de película.

Los reporteros también recibieron su dosis de agresión. El corresponsal del periódico Milenio, Óscar Rodríguez Hernández, fue apedreado por un maestro de la Sección 22 de la CNTE, que se le fue encima.

Más allá, otro grupo de reporteros igualmente fue correteado en medio de consignas como: “¡Prensa vendida, de a cómo es la mordida!”, “¡Burros!”.

Entre los ocupantes del inmueble, que no pudieron retenerlo, varios resultaron heridos, como un joven de 17 años que tuvo que ser trasladado al Hospital General “Aurelio Valdivieso”, porque presentaba una herida en el cuello hecha con arma blanca, así como una madre de familia resultó lesionada en la pierna izquierda.

Tras consumarse la “recuperación” de las escuelas, el secretario López Escamilla fue despedido entre gritos de: “¡Asesino!”, “¡Ya se va el asesino!”, al más puro estilo de la Sección 22 de la CNTE.

 

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