EXPRESIONES.- Zafarranchos y balaceras en plena calle es la nueva moda en un Oaxaca donde la seguridad y la legalidad son un bien escaso.

Nuevamente son los transportistas de la CNP y los taxistas del sindicato Libertad quienes se enfrentaron cuales mafias en plena calle, sin que la autoridad ejerza su papel, salvo el de comparsa del imperio de la impunidad que ejercen líderes y miembros de esos cárteles del transporte.

Es vergonzoso apreciar que algunos policías ejecutan sus tareas con atingencia, pero sus jefes que reciben órdenes de mucho más arriba ven que su trabajo se menosprecia al poner a los que aprehenden en libertad al recibir la indicación precisa de un secretario, un político, un funcionario de la Segego o del mismo Ejecutivo estatal.

¿En manos de quién tienen su seguridad los oaxaqueños?

Los líderes de organizaciones sociales son los que mandan en Oaxaca. ¿Cuál es el compromiso del Gobierno del Estado con la seguridad de los oaxaqueños? No sólo tenemos que cuidarnos de la delincuencia organizada, sino también de la violencia que ejercen en nuestras calles, los transportistas, taxistas, moto-taxistas, además de los influyentes estudiantes normalistas, de los estudiantes de la UABJO o los sindicatos universitarios que un día sí y otro también bloquean la Avenida Universidad o perpetran un asalto en las inmediaciones de sus instalaciones.

Repito. ¿En manos de quién está puesta la seguridad de los oaxaqueños?….. Y esto no nada más es en la capital del Estado. Todos los días sucede un hecho violento en Tuxtepec, el Istmo o la Costa, mientras nuestro Gobernador sólo aduce que todo se solucionará “en tiempo y forma”.

Se está creando un clima de total ingobernabilidad al no encontrarse capacidad ni en el Ejecutivo y menos en el sumiso y convenenciero Legislativo del Estado, que con un Poder Judicial atado de manos e inmerso en la degradación humana, tienen a Oaxaca al borde del abismo.

Y ya viene el mes de mayo, el mes de la Sección 22 del SNTE, que peleará hasta lo último porque “su ley” siga imperando en el sector educativo.

Ojalá y el Gobierno federal asuma con fuerza su autoridad y empiece a limpiar los establos oaxaqueños en donde ya brota demasiado estiércol, porque el Gobierno estatal, al parecer, está demasiado comprometido y atado de manos.

Oaxaca de Juárez, Oaxaca, viernes 25 de abril de 2014

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