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Salida de Aguirre es sana, pero no resuelve la crisis social del Estado: Solalinde

OAXACA, OAX., octubre 23.- El director del Albergue “Hermanos en el Camino”, Alejandro Solalinde Guerra, afirmó que la salida del gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, “es sana, pero no soluciona de fondo la crisis social que padece el país porque la descomposición es sistémica y del Estado Mexicano”.

“Vivimos un Gobierno y un México decadente, preso de la violencia”, sentenció el sacerdote católico en la continuación de la polémica nacional e internacional por el asesinato de seis, lesiones a 26 y un total de 43 desaparecidos, todos alumnos de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero.

Cuestionó que en medio de la tragedia de las familias de los normalistas, los políticos prefieran ponerse a pensar ¿cómo vamos a tener un control de daños político que pueda redituar menos pérdida de votos? o ¿cómo manejar un control de daño partidista para no perder posiciones?

A su juicio, hay rapiña electorera parte del PRI que quiere recuperar Guerrero para afianzarse en 2018, mientras que el PRD debe reconocer que no escogió a su mejor gente y nombró a Ángel Aguirre Rivero, quien ya venía calado con el ADN priista y las mañas de un represor.

Solalinde Guerra arremetió también contra el PAN, por ser un partido alejado de los pobres y sin tradición en el sur, al que sólo les interesa ver qué ventaja puede sacar de esta desgracia.

Sobre la presencia de la guerrilla y el narcotráfico, dijo que el narco es independiente aunque ya ha infiltrado a la clase política y a todos los niveles de gobierno a grado que hay narcoestados, en tanto que la guerrilla ha tenido presencia en Guerrero y otras entidades como Oaxaca porque han sido reprimidos.

Ante ello, invitó a reflexionar que “el gobierno no tiene control sobre sí mismo y por ello se desborda la violencia”.

Advirtió: “No soy mago, ni tengo una bola de cristal, pero les puedo decir que puede venir algo peor después de lo de Ayotzinapa, porque no hay una dinámica que pare la violencia en el país”.

Insistió en que “si no hay un acuerdo nacional donde se tome en cuenta a los jóvenes y el gobierno solo va con las cúpulas a sus intereses, esto va a la ruina”.

Consideró que el Gobierno federal no puede seguir con las políticas que ha emprendido en materia de derechos humanos, justicia y seguridad, porque si sigue empecinado en el modelo neoliberal y haciendo las cosas al margen de la gente y sólo tomando en cuenta a las cúpulas, la plutocracia y la aristocracia a espaldas del pueblo mexicano, “lo que va seguir en un estallido en toda la República”.

Dijo que se puede recomenzar y si el gobierno de Peña Nieto empieza reconociendo la verdad y partiendo de la sinceridad, “la gente estaría gustosa de empezar a construir un nuevo país”.

Por lo pronto, el Premio Nacional de Derechos Humanos 2012 demandó a los tres niveles de gobierno “reconocer que el país está tronado, que tenemos demasiados signos de violencia por todos lados como para lanzar un yupi oficial y decir que aquí no ha pasado nada, que esto de Ayotzinapa se va a arreglar con mesitas de negociación y dinerito a la gente pobre, porque esto es un asunto de justicia”.

Respecto que el Congreso estatal y el Senado de la República hayan declarado improcedente la desaparición de poderes en Guerrero, a cambio de la “licencia” del gobernador Ángel Aguirre Rivero, el sacerdote católico denunció que “esto es parte de la impunidad política y las reglas que se vienen aplicando como parte del viejo sistema político mexicano”.

 

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