CUILÁPAM DE GUERRERO, Oaxaca, abril 28.- De tres disparos de arma de fuego calibre nueve milímetros ejecutaron la mañana de este jueves al carpintero Asunción Alfonso Luna, de 65 años de edad, en una colonia de Cuilápam de Guerrero, cuando laboraba en su taller instalado en su domicilio; el sicario se dio a la fuga.
Los hechos ocurrieron a las 11:45 de la mañana, cuando el carpintero Asunción Alfonso Luna, originario de San Agustin Loxicha, se encontraba trabajando en su taller, que se localiza en la Quinta Privada de Hidalgo de la Colonia Lomas de San Juan, perteneciente a la cuarta sección de Cuilápam de Guerrero.
El carpintero terminaba un trabajo de ebanistería en un ropero, cuando sonó su teléfono celular; paró sus actividades por un momento y se paró a un costado de la mesa de trabajo cuando le llegó la muerte.
Un hombre desconocido entró al taller, se acercó hasta don Asunción y sin decir palabra sacó su pistola y disparó en tres ocasiones sobre su cuerpo. El carpintero quedó tendido de costado en medio de un charco de sangre. El agresor salió corriendo y huyó del lugar.
Al escuchar las tres detonaciones de arma de fuego, los familiares se asomaron y descubrieron al hombre tendido y sangrando abundantemente. Con su mismo teléfono llamaron al servicio de emergencia pidiendo el auxilio. Una mujer dijo que todavía se encontraba vivo.
La ambulancia de Cuilápam de Guerrero andaba en un traslado, por lo que no pudo acercarse a brindar el auxilio. Así que fueron elementos de la Policía Municipal los que llegaron al lugar de los hechos para tomar conocimiento, pero fue demasiado tarde. Don Asunción Alfonso ya había fallecido.
Una vecina dijo a los policías que un hombre bajito, con gorra y mochila en la espalda había corrido hacia abajo, pero trabajadores de una construcción cercana manifestaron que ellos no escucharon nada.
Horas más tarde llegó el Agente del Ministerio Público para tomar conocimiento del deceso, mientras peritos de la Fiscalía de Justicia realizaron las diligencias correspondientes y encontrando en el lugar tres casquillos percutidos de calibre nueve milímetros.
Al término de la diligencia, levantaron el cuerpo y lo trasladaron al Anfiteatro de la ciudad para praticarle la necropsia de ley.
