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Sembrar vocaciones para la vida sacerdotal, pide Arzobispo ante la escasez

+ Ser sacerdote es un orgullo y una bendición inmerecida, afirma Pedro Vásquez Villalobos

OAXACA, OAX., mayo 6.- Sembremos mas vocaciones a la vida sacerdotal y que ninguno de ustedes diga “hijo todo lo que quieras ser, menos un cura”, no digan eso, mis padres no se avergonzaron de tener un hijo sacerdote, expresó el Arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vásquez Villalobos.

En su primera intervención en un acto público, con motivo de la XXV11 Feria del Seminario Pontificio de la Santa Cruz, el Arzobispo manifestó que no es una vergüenza, es un  orgullo ser sacerdote, para mi—dijo—es una bendición inmerecida, pero así bendice Dios.

Que Dios bendiga tu hogar con un sacerdote, deseó a todos los asistentes al evento celebrado este domingo—ayer—en el patio principal del Seminario y afirmó: si en tú familia no hay un sacerdote, pide que en la familia de tu vecino, lo haya, pidamos que haya mas sacerdotes, invocó.

Expuso que muchos pueblos de Oaxaca—que aun no conoce—empezaron a pedirle sacerdotes, con el antecedente de no tenerlos y la respuesta fue “no los tengo y de donde te los mando”.

Vásquez Villalobos, dijo haberle llenado de esperanza, haber visto tantos niños que fueron llevados a la feria no solo para que se diviertan, futurizando que a lo mejor el espacio se les va quedar en sus ojitos y en su mente y algún día va estar en su corazón, Dios les habla y les dice “te quiero para el sacerdocio”.

En otra parte de su intervención, mencionó: Dios ha querido que viniera a esta tierra para ser padre, tengo 39 años de que me dicen padre, son los años que tengo de sacerdote y desde el primer día se acercaron a mi y me dijeron padre.

Manifestó sus agradecimientos por reconocerlo como padre. Vásquez Villalobos señaló su intención de aprender de Dios a ser un padre que ama, un padre compasivo y misericordioso.

Reconoció haberle conmovido muchas cosas que observó al entrar a la casa seminaria, se refirió a un pueblo humilde, sencillo, pero de gran corazón, que se hizo presente porque quieren acercarse para el sostenimiento de quienes se están preparando para ser los futuros sacerdotes.

Me ha conmovido—dijo—ver a muchos hermanos que los traen en sillitas de ruedas cargándolos de un brazo y de otro para que puedan caminar; en sus oraciones a Dios piden por la santificación de los sacerdotes.

Gracias les dijo, por ofrecer a Dios que sea santo, luche y me esfuerce por dominar mis efectos, mis inclinaciones malas y mis acciones.

De los seminaristas, dijo que llegan  de familias muy pobres,  yo mismo salí de familia muy pobre, afirmó el Arzobispo de Antequera Oaxaca.

Manifestó sus agradecimientos por colaborar y ayudar para bien de los seminaristas, subrayando no ser impedimento que en familia pobre no haya sacerdote, ni sea sacerdote su hijo.

Terminó indicando que hay que pensar en nuestro Seminario, pero no solamente hoy—ayer—piensen todos los días, ayúdennos a sostener la perseverancia, debe de estar sembrado en el corazón de otros jovencitos, la semilla de vocación a  la vida sacerdotal, la vida religiosa.

 

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