+ El jefe de uno de los clanes de la “vallistocracia” se va en medio de señalamientos de usurpación de funciones y presunta corrupción + También adelanta que la magistrada María Elena Villanueva Abrajam ocupará su lugar

OAXACA, OAX., diciembre 5.- En medio de señalamientos de usurpación de funciones, porque ya estaba jubilado y volvió a asumir el cargo, y de presunta corrupción por el cobro de dietas desproporcionadas, además de beneficiar con cargos y puestos a familiares y amigos, el sempiterno Raúl Bolaños Cacho Guzmán deja por segunda ocasión la titularidad del Poder Judicial de Oaxaca, pero nada garantiza que no siga manejando los hilos del poder y del dinero tras bambalinas.

Nacido en el seno de una familia ubicada dentro de la llamada “vallistocracia”, cuya mayoría de integrantes viven y han vivido del erario, el también ex dirigente del PRI y ex legislador federal y estatal tanto por el PRI como por el desaparecido partido Convergencia, anunció que ahora sí, este jueves 6 de diciembre de 2018, presentará su renuncia al cargo en sesión especial del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE).

Antes, este miércoles 5 de diciembre ante el pleno de magistrados, rindió lo que sería su segundo y último informe de actividades por el período que comprende del 1 de diciembre de 2017 a la fecha, con la presencia de su amigo el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, quien le permitió volver a ostentar el cargo y a cobrar durante los últimos dos años.

Raúl Bolaños Cacho Guzmán fue magistrado presidente por primera vez durante la gestión del ex gobernador José Murat Casab, papá del actual Mandatario, y al término del sexenio se jubiló con una indemnización económica alta, además de asegurarse el pago permanente de su jubilación por haber cumplido el máximo de edad permitido para poder continuar en funciones.

Desde la víspera, como para “preparar” la decisión que viene, el mayor de los Bolaños Cacho Guzmán filtró a reporteros y medios la versión de que “las y los magistrados decidieron que votarían por la magistrada María Elena Villanueva Abrajam para asumir la presidencia del Poder Judicial”.

El mismo personaje también justificó su dimisión con el argumento de que según la norma, “un magistrado de Oaxaca puede ser elegido para encabezar el Tribunal por 4 años y puede aspirar a una reelección por un periodo similar”, por lo que como él ya fue presidente del TSJE durante 6 años, en un primer período, en este nuevo ejercicio cumplió otros dos años al frente de la institución y entonces “se cumpliría el tiempo legal para ejercer el cargo” (sic).

El hecho es que Raúl Bolaños Cacho y la actual cúpula del poder político y económico en la entidad oaxaqueña traen pleito con el ex titular del Poder Judicial con licencia, el también magistrado Alfredo Lagunas Rivera, quien ha cuestionado la continuación del primero en el cargo, y lo quiere para sí.

La disputa por el Poder Judicial de Oaxaca llegó al grado que Bolaños Cacho Guzmán promovió la desaparición del Consejo de la Judicatura del TSJE, con el argumento de “falta de resultados y costos exorbitantes para su funcionamiento”, pero la realidad es que lo consumaron así porque Lagunas Rivera dominaba el organismo y desde ahí exigía la renuncia del titular que ahora se va dejando a otra magistrada en su lugar.

A manera de despedida, el hasta hoy magistrado presidente del TSJE dedicó una buena parte de su segundo informe de actividades para agradecer al gobernador Murat Hinojosa.

“En la sana separación de poderes, el gobernador Alejandro Murat ha sido un estadista respetuoso, quien brindó su apoyo para el mejoramiento y ampliación de los Centros de Justicia que permitirá en breve la operación de varios, entre ellos el de Sola de Vega, en beneficio de la ciudadanía oaxaqueña”, dijo.

Y añadió: “En este momento de transición que vive el país, en Oaxaca soplan vientos de libertad y democracia, porque su gobierno conduce su destino con firmeza y rumbo claro” (sic).