Periodismo libre y comprometido

Search
Search
O A X A C A Clima de Hoy
Tere Gil Portada 2022

Diana de Gales y un castigo que nunca se aplicó

Libros de ayer y hoy

¿Qué pena se impuso a los paparazzi que fueron los culpables de la muerte de Diana de Gales?, ¿qué límites impuso la legislatura francesa a una actividad detractora y destructiva que con sus acciones puede eliminar vidas?

Hasta ahora las respuestas que se han dado es que los tres paparazzi que estuvieron mezclados en el problema y que fotografiaron a Diana incluso ya en sus últimos minutos, fueron dejados libres de culpa. La libertad de expresión fue el argumento; igual que aquí, cuando ese tipo de periodismo no solo se ejerce de la misma manera persecutoria, sino en medios televisivos, radiofónicos, redes y prensa escrita.

En el accidente en el que murió la ex esposa del ahora rey Carlos III, murieron además, su compañero Dodi al Fayed y el chofer que conducía el vehículo, Henry Paul. La existencia de un periodismo de paparazzi, que lanzó al mundo en su filme La dolce vita (1960) Federico Fellini, es libre de cometer todos los desmanes y abusos sin que hubiera y haya una contención.

La libertad de expresión se saca luego a relucir, porque ese periodismo está imbíbito no solo en el que persigue, acosa y exhibe, sino en el que se ejerce a diario sin que la ética esté presente. La muerte de la princesa que llenó millones de páginas y comentarios en el mundo, fue expuesta a su vez, por un sistema de paparazzi colectivos, incluyendo periodistas considerados serios, para develar todo tipo de secretos, minucias y miserias que lapidaron a una joven que ya no existía.

Aquí lo vemos a diario en todo tipo de medios y un caso se discute en estos días como si fuera una noticia fundamental: el pleito público en televisión, de un tipo que se dedica a notas de espectáculo, para enfrentar a sus compañeras de programa.

Expediente Lady Di y la rapidez para lanzar un libro en España

Los acontecimientos que tienen un público masivo y lo acabamos de ver con la muerte de la reina Isabel, demuestran la cultura que predomina en el mundo. En las propias redes se ve de qué manera la noticia sobre poderosos y famosos, la nota frágil, el chisme, lo elemental lo superfluo, es lo que atrae en los comentarios.

Los que sacan a colación la muerte de la princesa Diana en este momento, tratan de minimizar y ocultar el verdadero tema que está en juego y que ese es el que la llevó a la muerte: la existencia de las monarquías. Diana finalmente no fue sino una parte de un grupo que se asume monárquico, joven utilizada, interesada a su vez en sacar toda la raja posible de su situación. No hubo en ella inocencia, aunque no merecía morir de esa manera. Su muerte en España generó la rapidez de un libro que sorprendió que saliera tan rápido.

Un grupo de ocho periodistas y escritores de aquel país y de Argentina, a los que se sumó con un colofón la columnista del diario Reforma en México, Guadalupe Loeza, publicó Expediente Lady Di (Madrid España 1997) y el libro salió a los pocos días del deceso. El prólogo lo hizo Juan Pradera, como era de esperarse, la tragedia se centraba en la desaparición de una joven bella, su historia, su divorcio, despreciada por la corona ante sus andanzas y revivificaba la importancia de un sistema que da noticias apabullantes al mundo, porque debido a su trascendencia puede hacerlo.

Pero algunos de los participantes profundizaban en el tipo de periodismo banal que se aplica en esas situaciones y el uso de la libertad de expresión y el derecho a la información para justificarlo. Fue un medio rápido y eficaz, además, para vender libros.

Otros grandes temas, no merecen libros

Nunca he visto que haya grupos interesados en hacer libros con rapidez en temas que deberían de llegar al gran público como una advertencia de lo que está pasando en ciertos sectores y que por desgracia, llevan a la tragedia. Quizá porque los trabajadores no tienen la sofisticación de una joven expuesta y una anciana reina fallecida.

Para redondear el ejemplo, un libro rápido en donde se contará la gran tragedia de los mineros muertos recientemente en Pinabete Coahuila, con sus historias personales, su vida y sus sueños. Pero los trabajadores mineros no interesan como protagonistas. Viene a equipararse a esos grupos de ultraizquierda que hacen manifestaciones para apoyar a Biden y denostar a Rusia, en el caso Ucrania, pero se quedan callados con la permanente agresión de Israel, a Palestina.

Teresa de Jesús Gil Gálvez

Nací en La Colorada, Sonora, estudié en la Universidad de Sonora que me dio mención honorífica por mi tesis La libertad de prensa en México. En la UNAM hice estudios de maestría en Ciencias penales. En medios sonorenses trabajé, desde la adolescencia, en los más importantes del estado y en julio de 1972 salí en un tren hacia la gran capital, donde he trabajado en medios importantes, diarios, semanarios y revistas, con breves retiros al mundo entre ellos una corresponsalía en España.

Colaboradora desde enero de 2017.

Las opiniones expresadas por los columnistas en sus artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y pueden no representar la postura o línea editorial de PressLibre. Sin embargo, como medio periodístico respetamos su derecho a la libertad de expresión.

septiembre 2022
L M X J V S D
 1234
567891011
12131415161718
19202122232425
2627282930  
Scroll al inicio