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Las mujeres que nos dieron Patria

MUJERES Y POLÍTICA.- Esta vez voy a hablar de las mujeres que nos dieron Patria.

“A lo largo de la historia (la historia es el archivo de los hechos cumplidos por el hombre, y todo lo que queda fuera de él pertenece al reino de la conjetura, de la fábula, de la leyenda, de la mentira) la mujer ha sido, más que un fenómeno de la naturaleza, más que un componente de la sociedad, más que una criatura humana, un mito”, escribió Rosario Castellanos en su libro “Mujer que sabe Latín”.

Quise empezar con la cita de Rosario Castellanos porque en ella se explica la invisibilidad que las mujeres han tenido a lo largo de estos 200 años de historia de la Nación mexicana, lo cual me dice que la historia de México no está completa ni bien contada.

Son los libros de texto, de esa educación pública consagrada en el Artículo 3º de la Constitución, donde se omiten los nombres de las heroínas mexicanas, que en la conmemoración del Bicentenario han tratado de sacar del olvido las historiadoras, principalmente, y algunas instituciones y muy pocas organizaciones civiles.

En ese sentido, la filósofa feminista española Celia Amorós sostiene que: “Las mujeres en la historia son como una especie de muro de arena: entran y salen del espacio público, sin dejar rastro”.

La historia oficial se cuenta sin ellas, debido a la construcción androcéntrica en la que vivimos y que se intenta romper con esas pequeñas luces sobre la vida de las heroínas de nuestra independencia y de las guerras independentistas de toda América.

La historia oficial se suma a esa construcción, salvo Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra y algunas otras, tal pareciera que no hay más.

Otras con menos suerte sufren una la subvaloración y distorsión de lo que hicieron basados éstos en su condición de hermosa y seductora mujer, como sucede con María Ignacia Rodríguez (La Güera Rodríguez). ¿Seductora? Un acto para difamar cuando sus potencialidades intelectuales son superiores.

La intención de borrar la historia a las mujeres no es otra que hacer prevalecer la hegemonía masculina. Pretenden generar con ello una mentira, borrar a las mujeres de la historia es alejarse de la realidad, ellas, miles de mujeres también lucharon para liberarse del “yugo español”, que habría que decir, las oprimía tan brutalmente como a los hombres que no eran peninsulares ni criollos.

Sólo que en ellas su condición de mujer, las llevó a sufrir la permanente violencia sexual, la prohibición de ir más allá de la casa o del convento; imposible pensar en la instrucción que no fuera para ser una buena esposa; de vivir bajo de dependencia –moral y financiera– de los otros, sus padres, hijos, hermanos o parejas, pero también bajo el yugo que imponía la religión y esa costumbre social que las considera menores de edad y por tanto incapacitadas para tomar sus propias decisiones (200 años después, muchas ideologías políticas y de las iglesias persisten en ello, incluso han provocado algunas involuciones en este México Bicentenario).

Esa opresión hizo que algunas rebeliones muchos años antes a la Guerra de la Independencia (1810-1921) fueron encabezadas por mujeres en protesta ante la imposibilidad de aguantar los múltiples abusos cometidos por los españoles.

Por eso, en esta fecha propicia, aunque la verdad es que tendríamos que hacerlo desde los libros de texto donde tendrían que aprender y no desaprender las nuevas generaciones, traemos a esas mujeres independentistas, forjadoras de la libertad, esa que hoy en específico las mujeres no acabamos de concretar doscientos años después.

Algunos de esos nombres han pasado a la historia y sus actos están lleno de valentía, impulsados sin duda por su condición social de mujeres no dispuestas a seguir bajo la misma opresión que las ahogaba.

Por supuesto, aunado a las cuatro arriba citadas, se deben agregar los de Luisa Martínez, quien al momento de ser fusilada gritó “como mexicana tengo el derecho de defender a mi patria”, hechos ocurridos en Erongarícuaro, Michoacán.

Altagracia Mercado (en el Estado de Hidalgo) fue denominada “Heroína de Huichapan”. Su valor sorprendió al enemigo al grado tal que el coronel que comandaba a los realistas pidió que no fuera fusilada diciendo que “mujeres como ella no deben morir”.

María Ricarda Rosales (Guanajuato) recibió la ayuda de Leona Vicario para poder huir de las cárceles de la Inquisición donde fue recluida en 1814, tras la batalla del Maguey.

Rafaela López Aguado de Rayón fue la madre de los cinco hermanos Rayón. Su entereza al no dudar sobre la decisión de escoger entre la vida de uno y la sumisión de los demás como propuso su hijo Francisco, nos revela cómo la determinación de estas mujeres fue siempre superior a la “maternidad” que a veces se nos ilustra como irrenunciable y peor aún de aquellas que así lo hagan.

Como en el caso anterior, muchas de estas mujeres lograron brincar la cerca de la invisibilidad por ser hijas de…, esposas de…, hermanas de…, lo cierto es que queda claro como en el caso de Josefa Ortiz y Leona Vicario que eran mujeres con determinación propia, con pensamiento propio, más allá de lo que opinaran e, incluso, ordenaran sus esposos, tutores o algún otro miembro de su familia.

Así, podemos recordar ahora a María Manuela Taboada, esposa de Mariano Abasolo, el capitán del Regimiento de la Reina vuelto insurgente al lado de su amigo Ignacio Allende. Tarea ésta en la que Manuela Taboada nunca estuvo ausente, lo siguió en sus combates y seguramente combatió con él.

Como Manuela Taboada, Guadalupe Rangel siguió a su esposo Albino García (Guanajuato). De ella ha trascendido el hecho de que “montada a caballo y con el sable en la mano tomaba parte en los combates, animando a los soldados insurgentes con su ejemplo. Fue hecha prisionera y llevada a Guadalajara en 1812”.

Otra destacada heroína fue María Soto la Marina, quien ayudó a las tropas del general Francisco Javier Mina. El Instituto Nacional de las Mujeres junto con Radio Educación realizaron 10 cápsulas con breves episodios de otras mujeres. Destacan Antonia Nava, Mariana Rodríguez del Toro, Juana Barragán y Manuela Medina, entre otras, las cuales se pueden escuchar vía internet o en programas de radio.

 

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