OAXACA, OAX., junio 2.- Por una hora, hombres y mujeres abandonaron el anonimato al que los arroja la sociedad excluyente.
Se calzaron las zapatillas y enfundaron las piernas en medias de encaje. Las mujeres se adhirieron bigote y tomaron a su pareja de la mano para gritar por las calles: “¡libertad!”.
Las piernas espigadas, al calce zapatillas de tacón 12, partieron en marcha de la Fuente de las Ocho Regiones con pancartas en mano exigiendo respeto a la diversidad sexual.
Entallados vestidos en cuerpos amorfos y de rasgos masculinos, amplios pantalones en delgados cuerpos femeninos. Pelucas rosadas, violetas y amarillas.
No faltó quien exigiendo respeto infamó el orgullo oaxaqueño y revolucionario en las figuras de Juárez y Zapata. “Si Juárez viviera, de vestida anduviera”, “Si Zapata viviera en tacones anduviera”. Cerveza y música se mezclaron, la marcha se hizo baile, las consignas canto.
En otra parte del contingente, alimentado por familiares y amigos de los hombres y mujeres con diferentes preferencias sexuales, el caminó hacia el Zócalo capitalino se hizo en silencio, como en un apoyo resignado.
Hacia el frente, al sostén de la bandera del orgullo lésbico gay, la regidora de Equidad y Grupos Vulnerables, Miriam de los Ángeles Vázquez, en un apoyo institucional para el respeto a este sector de la población, “que tiene derechos y que también es ciudadano”.
Al paso de la caravana en su tercera marcha por el respeto a la diversidad sexual, despertó las miradas curiosas, las repulsivas y las morbosas. Ganó el aplauso de los espectadores pero también el rechazo discreto.
La consigna de esta marcha fue “Igualdad en la diversidad por una ley contra la discriminación”.
Eduardo Liendo, de Diversidades y no discriminación por la diversidad sexual en Oaxaca, señaló que aún cuando se ha avanzado en la apertura y tolerancia a todas las formas de sexualidad, todavía prevalece el ataque, la persecución y la discriminación en contra de la comunidad lésbico gay.
Ya frente a la Catedral Metropolitana el contingente alzó más la voz en un reclamo explícito a las declaraciones homofóbicas de la Iglesia católica oaxaqueña.
