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La esperanza de vida en el Estado de Oaxaca es de 72.5 años, dice DIGEPO

OAXACA, OAX., noviembre 4.- La celebración del Día de Muertos es de origen prehispánico y posteriormente con la llegada de los españoles a México se combinó con la celebración católica de Todos los Santos y Fieles Difuntos el 1 y 2 de noviembre respectivamente, hasta derivar en una de las tradiciones más ricas y con más arraigo en México, razón por la cual fue proclamada por la UNESCO en 2003, como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

El Día de Muertos es una fecha propicia para reflexionar sobre el volumen y las causas de muerte de los mexicanos, ya que éstas son el reflejo de las condiciones de bienestar que permiten establecer las previsiones de servicios sociales y las necesidades de atención de los servicios de salud.

Wilfredo Fidel Vásquez López, Director General de Población indicó en entrevista que según estimaciones del Consejo Nacional de Población (CONAPO), en Oaxaca en 2013 la tasa bruta de mortalidad se estima en 7.12 defunciones por cada mil habitantes, y se prevé que en 2030 se incrementará hasta llegar a 7.54 defunciones por cada mil habitantes como consecuencia del envejecimiento poblacional en la entidad.

Por su parte, mencionó que la esperanza de vida al nacimiento para la población de Oaxaca según el CONAPO se estima en 75.7 años, para las mujeres y en 69.5 años para los hombres. La diferencia de poco más de seis años se debe al nivel de exposición al riesgo de fallecer de mujeres y hombres en función de las actividades y los espacios donde se desempeñan unas y otros, así como de los estilos de vida diferenciados.

La mortalidad infantil es otro de los principales indicadores demográficos de mortalidad que reflejan las condiciones de vida y el desarrollo socioeconómico de nuestra entidad federativa. Entre 1990 y 2013 este indicador se redujo en 68.5%, al pasar de 44.2 a 13.9 defunciones por cada mil nacimientos. Por otro lado, la mortalidad materna que representa un problema de salud pública que puede prevenirse y que además refleja la desigualdad social que existe en el país, se redujo visiblemente entre 1990 y 2011 al pasar de 175.2 a 61.3 defunciones maternas por cada 100,000 nacidos vivos. No obstante, este indicador se encuentra lejos de alcanzar la meta de 22.3 defunciones propuesta para 2015, como parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Al referirse a la estructura de la mortalidad por edad y sexo, aclaró que nuestro estado presenta importantes diferenciales. Según estimaciones del CONAPO, de las 28 mil 194 defunciones estimadas en 2013, 54.85% corresponden a hombres y 45.15% a mujeres, lo que significa que fallecen 121 hombres por cada cien mujeres.

Esta sobremortalidad masculina se presenta en todos los grupos de edad, excepto en los mayores de 65 años, y se manifiesta con mayor intensidad en el grupo de 15 a 29 años donde se registran 294 defunciones masculinas por cada cien femeninas. Por otro lado, del total de muertes ocurridas en 2013, el 56.8% ocurrió en la población de 65 años y más, 29.5% en adultos de 30 a 64 años, 7.4% en la población infantil de 0 a 14 años y 6.3% en los jóvenes de15 a 29 años.

Vásquez López reveló que el conocimiento de las causas de muerte constituye un elemento fundamental para las políticas públicas, debido a que permite la planeación y evaluación de programas de salud, encaminados a prevenir enfermedades y prolongar la sobrevivencia de la población. En este sentido, en 2011, según registros de la Secretaría de Salud, la diabetes mellitus, las enfermedades isquémicas del corazón, la enfermedad cerebrovascular, enfermedades crónicas del hígado y enfermedades hipertensivas son las principales causas de muerte de la población, y en su conjunto ocasionaron 38.7% de los decesos totales.

También las causas de muerte presentan diferenciales según la edad y el sexo. Los niños de 0 a 14 años mueren principalmente por causas prevenibles relacionadas con el embarazo o nacimiento y por enfermedades infecciosas; los jóvenes de 15 a 29 años mueren en su mayoría por causas externas, tales como agresiones (homicidios), accidentes automovilísticos, suicidios, ahogamientos así como VIH/SIDA; los adultos de 30 a 64 años mueren principalmente por diabetes, cirrosis y agresiones; finalmente la población de 65 años y más mueren por enfermedades del corazón, diabetes y enfermedades cerebrovasculares.

A nivel general, el diferencial por sexo sólo se destaca en que, a diferencia de las mujeres, en los hombres las agresiones (homicidios) aparecen como una importante causa de muerte; en los grupos de edad de 15 a 29 años y de 30 a 64 años es en donde se presentan las mayores diferencias.

La mayor parte de la población joven (15 a 29 años) que fallece es hombre, 22% de ellos fallece como causa de una agresión (homicidio). Las mujeres jóvenes, aunque también fallecen por la misma causa, presentan una menor incidencia, registrando el 7%.

Por su parte, en la población adulta de 30 a 64 años de edad las diferencias por sexo radican en que, entre los hombres, las agresiones todavía aparecen como la tercera causa de muerte, precedidas por la diabetes y las enfermedades del hígado; mientras que en las mujeres enfermedades isquémicas del corazón son tercera causa de muerte, y la diabetes provoca más muertes en las mujeres que en los hombres.

 

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