EXPRESIONES.- Es aberrante constatar que día tras día la fortaleza política de la Sección 22 de la CNTE se consolida ante un Gobierno del Estado estupefacto, que envuelto en una falsa tolerancia democrática permite que una mafia sindical, no sólo altere el orden o rompa a su antojo la paz social de la entidad, sino que transgreda la ley impunemente sin recibir castigo alguno.
Por ello, Oaxaca en estos momentos se puede considerar una entidad sin ley ni autoridad capaz que la haga valer.
Y no es que se pida un acto de autoritarismo, sino simplemente aplicar la ley sancionando a quien la infrinja flagrantemente como lo hace, lo ha hecho y lo sigue haciendo la turba de falsos educadores de la Sección 22.
Una vez más los maestros de la Sección 22 de la CNTE provocaron destrozos, nuevamente en las oficinas del PRI; antes lo habían hecho en oficinas colaterales del IEEPO, en donde se estaban realizando pagos a miembros de la Sección 59 (su contraparte sindical), en la calle Heroico Colegio Militar en la Colonia Reforma.
Vuelven a repetir sus “hazañas” atacando con bombas molotov las instalaciones del PRI estatal y, como siempre, la policía nunca llegó ni hizo acto de presencia.
Las turbas financiadas y protegidas por la CNTE se tornan cada vez más agresivas y violentas, y sus principales líderes, Rubén Núñez Ginés y Francisco Villanueva, cada día actúan con más prepotencia y cinismo, obligando incluso al gobernador Gabino Cué Monteagudo a recibir personalmente su pliego petitorio, en el que amenazan no sólo al gobierno federal, sino también al estatal, en caso de que no cumplan sus demandas.
La impunidad sigue, la hegemonía de la Sección 22 se solidifica y al gobernador Gabino Cué parece no importarle que se diga que los maestros de la CNTE son los que mandan en Oaxaca.
Ya nada más falta que cuando se firmen los acuerdos del mes de mayo diga el Gobernador que los maestros “actuaron con responsabilidad y pensando en la educación de más de un millón 300 mil niñas y niños oaxaqueños”.
¡Sería el colmo!
Oaxaca de Juárez, Oaxaca, viernes 1 de mayo de 2015
